Amores secretos en el trabajo

Cuando Cupido enciende las chispas de los amores secretos

Los seres humanos somos sexuales por naturaleza, de allí que en cualquier contexto en el que nos encontremos las hormonas responderán al estímulo que genera en nosotros personas del sexo opuesto. Aun así, las políticas de algunas organizaciones “prohíben” [o por lo menos creen impedir] vínculos sentimentales entre sus empleados, ignorando que “lo prohibido” es la chispa de la flecha del Cupido, esa que enciende la llama de los amores secretos en el trabajo.

Las razones por las cuales algunas empresas se inhiben de contratar parejas o de permitir el establecimiento de relaciones amorosas en los puestos de trabajos, responde a la desvinculación de los problema sentimentales con el trabajo, a reducir la posibilidad de que se establezcan vínculos afectivos que interfieran con el óptimo desarrollo de las funciones del personal, y que estos sirvan de cortina para actos deshonestos o de coartada para perjudicar a la organización.

No hay opciones ante los amores secretos en el trabajo

Sin embargo, la prohibición de relaciones amorosas no garantiza la incompetencia, el descuido de las funciones, las estafas, los hurtos o cualquiera otra acción malsana en perjuicio del ente económico.

En este sentido el deseo sexual es un atributo inexorable a la naturaleza humana, de modo que no existen políticas o normas corporativas que regule las emociones afectivas de los trabajadores, intentarlo es perder tiempo y recursos.

En todo caso propicia la clandestinidad del amor y la deshonestidad con la gerencia. Porque al final todos estamos consiente de que los sentimientos aparte de  involuntarios, persistentes e instintivos,  son íntimos. ¿Quiénes se arriesgarían a perder sus fuentes de ingreso en una economía en recesión por razones  de amores secretos?

Amores Secretos que vienen de afuera

Conocí del caso de unos amantes quienes trabajaban para una prestigiosa institución financiera, incluso eran pareja antes de emplearse en el banco, y la entrada de él como gerente permitió la contratación de ella como su asistente.

Mantuvieron oculta la relación por casi dos años, ante la sospecha de jefes, colegas y demás fisgones, pero esta duda se dilucidó por un traslado del gerente a otra sede y la posterior renuncia de la chica cuando obtuvo un mejor empleo en otra institución.

Hay mejores formas de manejar el tema del amor

Ahora bien, algo de razón tiene las empresas para creer que las relaciones amorosas afectan al trabajo de una organización, pero no precisamente porque se desarrollen en los contexto laboral, sino porque para la mayoría de las personas es imposible separar sus roles de esposos, novios o amantes, del profesional o empleado.

En el mundo tecnológico de hoy, no es necesario trabajar con la pareja para verse afectado por el contacto permanente con el amor secreto, pues el internet y la telefonía móvil permite la conexión ininterrumpida de los amantes [que no precisamente tienen que ser parejas].

Por otra lado, se evidencian experiencias de algunas empresas innovadoras, como Google, quienes crean espacios para que lo trabajadores estén cerca de sus parejas e hijos en los ambientes laborales, y logran armonizar los roles afectivos y profesionales en un mismo espacio.

Obvio que todas las organizaciones no tienen los recursos disponibles para desarrollar los planes familiares de la corporación tecnológica citada, pero quizás pudieran rescatar la filosofía socioemocional del empleado como primer paso para balancear los afectos personales de cada trabajador con su sitio de trabajo.

Todo ello y más, porque reduce la posibilidad de infidelidades en los ambientes laborales, tema  de interés para desarrollar en otro artículo.

Quizás pudiera comenzarse con algunos proyectos económicos tales como: planes de desarrollo para parejas que oriente a la estabilidad emocional  (estimulación al matrimonio, gestiones para combinar los ahorros para la adquisición de viviendas, planificación familiar, entre otros).

Pero no es función de los gerentes de recursos humanos entorpecer el trabajo de cupido, sino gestionar inteligentemente las emociones del personal.

Y tu, ¿has sido flechado por alguien de la oficina?

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