Basta de procrastinar mi vida
¿Por qué decidí escribir este blog? Pues justamente porque por fin lo decidí y me dije a mí misma: ¡Basta de procrastinar mi Vida!. Para demostrarme que sí tengo la capacidad suficiente para hacerlo. Porque durante más tiempo del que quiero recordar, he postergado algunas cosas y entre ellas, el escribir para otras personas. A partir de hoy decidí dejar a un lado las excusas. Esas que me mantuvieron durante un tiempo, viviendo tras las rejas del miedo y la procrastinación.
Desde pequeña me gusta escribir y cuando reviso alguno de mis escritos de hace algunos años atrás, encuentro, entre otras cosas, el querer crear mi propio blog, para lo cual busqué, en su momento, la información necesaria para comenzarlo, pero de nuevo, la procrastinación se hizo presente, y tan sencillo como que guardé mis tantos escritos, la información recogida y justifiqué lo injustificable.
He sido presa de esa voz que me susurraba al oído. Esa voz que me recordaba una y otra vez que había dejado pasar el tren de la oportunidad. Y que mi destino a la tan temida frustración se acercaba sin compasión.
Decidí congelar el saboteo, la auto crítica, los juicios internos, y lanzarme a vivir tal y como quiero. Porque a eso vinimos, a aprender de cada experiencia y el procrastinar o postergar no hace más que restar instantes valiosos a nuestras vidas.
¿Qué he descubierto?

El postergar para mí, ha sido como el tener una materia pendiente. Por más que avances en otras materias, hasta que no apruebes esa en particular, no vas a graduarte jamás. Claro, mi mente es la encargada de recordármelo constantemente, me lo machaca hasta el cansancio. Y hasta que no des el paso, le dediques y le pongas corazón, no te gradúas y menos estás en paz contigo.
El descubrir que el miedo y la procrastinación se aferraban a mi vida con más y más fervor. Y que además, venían en compañía del flagelo de una muerte anunciada, que me llevaban a una inminente pérdida de confianza. Donde el respeto y la admiración por mí, estaban cada vez más lejanas. Donde las excusas eran la brecha más ancha y mis acciones la más angosta. Y el darme cuenta, en el abismo emocional en el que me encontraba. Fueron determinantes para que de una vez por todas, comenzara a tomar decisiones (con miedo y todo), que me enrumbaran a un camino de evolución.
Traspasando la barrera de la procrastinación
Desmontar creencias limitantes que te han sido impuestas. Demostrarte a ti misma con palabras y hechos reales, de las cosas extraordinarias que como ser humano puedes lograr para tu bienestar y el de los demás. No es tarea fácil.
Sé por experiencia, de que cada quien tiene su proceso, tu proceso no es igual al mío. Para unos es más lento, para otros no lo es tanto. Lo que tenemos que estar claros, es que respetes tu propio proceso y evites, por tu madre, no compararte con nadie. Simplemente ve paso a paso, disfruta tu proceso sin importar los resultados. Esto será un nutriente para tu alma, que te inspirará cada vez más. Y recuerda, todo sucede en el momento perfecto para ti, y sí, todo es cuestión de decisiones.

Para mí, ha sido liberador, el simplemente tomar acción. Me ha quitado un gran peso de encima. Me trae paz, porque ya tengo una materia menos pendiente.
No digo con esto, que el tema de la procrastinación o postergación en mi vida ya esté resuelto. Pero cada vez que me ubico en esos dos escenarios, en el antes y el después de haber dado el paso. El recordar lo que se siente en cada uno de ellos. Es motivo más que suficiente como para no desistir nuevamente a la idea de seguir adelante. Arriesgarme y sacudirme la procrastinación que por tanto tiempo me acompañó es maravilloso.
Postergar momentos que cambiarán tu vida para estar y sentirme mejor contigo, no son más que perderte instantes valiosos para ti.
Es por esto que decidí hacer un alto y escribir en letras mayúsculas un letrero que te recuerde a ti y a mí:
¡BASTA! DE PROCRASTINAR MI VIDA
¡Nos vemos prontísimo!