¿Cambiar o no cambiar? He allí el dilema

Cambiar se ha vuelto la exigencia más común de la vida diaria. Porque vivimos en una sociedad, en donde los coach abundan y te esperan en cada esquina para darte recetas mágicas de supervivencia y cambio.
Cada 3 publicaciones de Instagram son para recordarnos que debemos salir de nuestra zona de confort, sino tu proceso evolutivo se detendrá sin más remedio.
Nos bombardean con la exigencia de conectarnos más con las emociones y menos con las redes. Pero en todos los café, restaurantes y plazas públicas hay señales de Wifi que interfieren con las comunicaciones reales.
Los venezolanos, ya no preguntan ¿Cómo estas?, sino ¿Cuándo y a donde te vas?
Y así vamos por la vida exigiendo a los demás un cambio para el que quizás no están preparados y que quizás nosotros no estamos dispuestos a hacer.

LA SENCILLEZ DEL CAMBIO

Sin embargo, el cambio no es fácil ni viable para todos. Algunos necesitan de una rutina estable, un ambiente seguro para desempeñarse y cada modificación presenta un reto inimaginable.
Para otros es un paso sencillo, que les permite ir avanzando en su vida.
Pero todos de alguna u otra manera vamos cambiando y a veces sin darnos cuenta dejamos esa zona de confort que tanta paz nos trae.
Y no es como decía un gran amigo, que salir de la zona de confort es pasar roncha. Sino es atreverte a dejar el sueldo fijo del trabajo por vivir de lo que siempre te ha gustado. Es correr esos 42km que tanto te provocan pero a la vez te asustan. Subir esa montaña que te gusta. Irte al país en el que crees te gustaría vivir.
Es atreverse a dejar el miedo a un lado, soltar las amarras, salir de lo que conocemos y manejamos, para ir detrás de lo que nos gusta o apasiona.

LOS RIESGOS DE NO CAMBIAR

Mantenerse en el mismo lugar toda la vida te da mucha seguridad y estabilidad, si la rutina es lo tuyo. Pero te aseguro que al final del día no habrás experimentado ningún sentimiento visceral. No sufrirás decepción pero tampoco grandes alegrías, no lloraras pero tampoco reirás.
El cambio no es una opción, es una obligación para aquel que está vivo. Pero cada quien decide cómo vivirlo.

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