Si deseas mercadear tus productos y servicios debes saber que los mismos necesitan todo un refuerzo para que puedan llegar de la mejor forma posible a tu target. Sácate esa idea de la cabeza que te dice que ofreciendo tu producto “como sea” lograrás venderlo y conseguir esas dichosas metas mensuales que te habías planteado. Debes construir lo que llamamos en mercadeo: Branding.
¿Por dónde comenzar?
Lo más seguro es que a estas alturas ya hayas redactado la misión y visión de tu compañía. No obstante, si no es así, debes saber que tienes que arrancar desde este punto. De esta forma, todos tus esfuerzos estarán enfocados en un norte y bajo una premisa común.
Objetivos
Debes trazarte tres tipos de objetivos antes de generar el branding de tu producto o servicio. En primer lugar, debes establecer el objetivo de mercadeo, pues no puedes cubrir todo en una misma campaña. Bien sea porque tu objetivo de mercadeo sea llevar tráfico a tu página web, aumentar la comunidad de tus redes sociales o posicionar tus productos o servicios de cierta forma, lo importante es que traces uno solo, pues así será mucho más sencillo medirlo y optimizarlo en posteriores ocasiones. ¿Qué tipo de objetivos de mercadeo existen? A continuación te enumero algunos:
- Aumentar las comunidades de las redes sociales.
- Aumentar la interacción con una categoría de contenido determinada.
- Promover el tráfico desde los buscadores y redes sociales hacia tu página web.
- Incrementar las ventas mediante el e-commerce que tengas instalado en el portal de tu compañía.
¿Cómo debe ser el tono de tu comunicación? Eso lo delimitará el objetivo comunicacional que apliques. Como primera opción tendrás informar, sobre todo cuando tu producto se encuentra en etapas iniciales dentro del mercado. En segundo lugar, persuadir, siempre y cuando estés buscando que tu público genere una acción que beneficie a tu empresa, producto o servicio. Por último, todo objetivo comunicacional persigue la meta de recordar; esto se usa cuando tu empresa o marca tiene mucho tiempo en el mercado, pero quieres mantener a ese target pendiente de lo que ofreces; un típico ejemplo de esto es Coca-Cola. De cualquier forma, recuerda que siempre estos 3 tipos de objetivos comunicacionales deben ir de la mano con el ciclo de vida de tu producto.
Siguiendo con los objetivos, no permitas cerrar cada mes sin resultados estimados. En otras palabras, siempre debes atar a tu producto o servicio objetivos de mercado, aquellos que te permitan medir cuánto se vendió, cuánto no se vendió, si se alcanzó la cuota de mercado esperada o no, entre otros casos más.
Define tu target
Tienes que entender que al principio lo que ofreces no puede ir a todo el mundo. Y vaya que he oído esto de muchas personas. Siempre que vayas a mercadear algo, ese algo debe estar dirigido a un público determinado. Recuerda que al mismo lo puedes segmentar de muchas formas. A continuación te coloco algunos tipos de segmentaciones que puedes utilizar:
- Segmentación por género: si le hablarás a hombres o mujeres.
- Segmentación por edad: nunca hagas un mismo mensaje para adolescentes y adultos.
- Segmentación geográfica: si vendes productos en la ciudad de Caracas, de nada te sirve llegarle a los de Valencia, por lo que debes ser muy cuidadoso en esto.
- Segmentación por intereses: si estás en la movida del Social Media Management, este tipo de variable de segmentación es muy interesante, pues te permitirá llegarle a aquellas personas que tengan determinados gustos en cuanto al contenido que consumen en las redes sociales e internet. Vendría siendo “la gota que derrama el vaso”, en el mejor sentido de la frase.
Existen muchas otras formas de segmentación y dependen mucho del uso que desees darles. Si te interesa conocer más de las segmentaciones en plataformas pagas de redes sociales, haz clic aquí
¿Ya vestiste a tu producto o servicio?
En primer lugar, el mismo debe estar acompañado de un logo bien hecho; no te pongas a inventar con que tú conoces Paint y ese tipo de programas, invierte en un buen diseñador que tenga las 3B para que haga su trabajo. Recuerda que todo esto debe ir acompañado de colores, y no los que a ti te gustan, sino aquellos que mejor se adaptan con tu empresa y con lo que ella busca transmitir (si vendes productos que refrescan, nunca utilices el negro, rojo, o colores oscuros). Otro factor interesante es la tipografía, pues la misma le dará un tono juvenil, adulto, cuadrado o adaptativo dependiendo del caso. Recuerda, por último, que debes acompañar la vestimenta con un slogan, donde el mismo diga en pocas palabras: de qué trata tu empresa, a quién vas dirigido y la necesidad que buscas satisfacer.
¿Qué hay de su personalidad?
Aquí es donde la cosa se pone buena. Te invito a que antes de ponerte a inventar, recapitula ese público objetivo que elaboraste y comienza a trabajar en los Insights del mismo. Los Insights te permitirán identificar cómo es el día a día de estas personas, a modo de poder adaptar la personalidad de marca a ese día a día de tu público. Hay ciertas marcas que lo hacen muy bien en las redes sociales, para esto te invito a que revises los perfiles de Facebook e Instagram de marcas como Nestea, Cocosette o AXE. Sabrás de lo que hablo cuando las investigues.
Concluyendo (porque ya se hizo larga la cosa) con estos principios que te acabo de explicar podrás ir elaborando el branding que tanto buscabas para tu producto o servicio. Recuerda que cada vez que vayas a modificar el público objetivo del mismo, debes actualizar todo esto nuevamente, pues:
Un target diferente conlleva una personalidad de marca diferente.
Juan, ¡excelentes tips!
El truco de todo esto es la SEGMENTACIÓN, sin duda.
¡saludos!
¡Gracias Roosevelt! Así es