Crónicas de un servicio técnico

Hablando de servicios en Venezuela

 

No sé si les ha pasado… que tienes una avería en el carro, una gotera en el baño,  o cualquier otra de un sinfín de situaciones similares, en las que requieres de un técnico, plomero, albañil, carpintero, mecánico o algún otro equivalente… que en lo adelante denominare Técnico/y/u/o

Si eres hombre; fino, lo contactas (y como generalmente sabes, o tienes idea de en qué consiste el trabajo en cuestión)  el técnico Y/U/O va, hace el trabajo, te cobra los “más acordes  y justos” honorarios profesionales,  el trabajo queda de maravilla y ya… fin del asunto.

Pero si eres mujer, la historia es diferente…

Comienza la calamidad:

  • Que el técnico y/u/o vaya a revisar lo que será el trabajo en cuestión, (cuesta Dios y su ayuda). Ya que a la mayoría no les gusta TRABAJAR CON MUJERES.
  • Al lograr (al fin) que alguno vaya, viene la parte de la realización, donde generalmente no tienes idea de cómo es el asunto, paso por paso, entonces confías en el buen juicio y el trabajo de quien lo está haciendo; (porque te lo recomendaron,  o fue el que te prestó atención, y finalmente zapatero a su zapato).
  • Una vez terminado el trabajo, te toca el pago, (no te han dado precio antes, porque tenía que ir viendo la magnitud del trabajo) y te cobran “los más altos e injustos” honorarios profesionales, (a juicio de los demás).
  • Le pagas lo que dice, porque finalmente el trabajo está terminado, listo, ¡problema resuelto!

¡Pero NOOOOOO! Pasado en promedio día y medio, comienzas a notar los detalles (que aparentemente estaban bien) del trabajo realizado y te das cuenta de que quedó un ruido, hay una gotera en otro sitio que no había, y así un sinfín de detalles más, por lo cual  llamas, muy amablemente  al técnico /y/u/o y le expones lo que está pasando, a lo cual  (si atiende el teléfonoresponde: ¡Sí, sí! Eso debió ser X cosa que quedó floja o faltó colocar, etc., y queda en ir para corregir la falla…

Pasan aproximadamente 3 días, la falla  o detalle en cuestión se acentúa, tú vas perdiendo la paciencia, pero aún así lo llamas otra vez, y como no te responde en el 3er intento de llamada con episodios prolongados entre una y otra, decides escribirle, una vez más de la manera más educada y clara posible.

Pero el individuo en cuestión tampoco responde  hasta más o menos el cuarto mensaje enviado, luego de 1 semana tratando de comunicarte con él, a lo que responde: Srta. o Sra. Había estado ocupado con tal o cual caso, pero espéreme allá que en 15 minutos llego.

Después de perder toda una mañana o un día completo, esperando al Sr. en cuestión (porque cada 15 minutos está llegando) terminas un tanto más molesta porque la falla sigue sin corregirse, y  has perdido  unas 12 horas más de tu preciado tiempo esperando.

Hasta que un día, ¡Ya! Pierdes totalmente la paciencia, se te cruzan los apellidos, y confrontas al Sr. técnico /y/u/o en cuestión, de manera no tan amable ya, pero aún conservando la educación (y controlando mentalmente  las ganas de golpearlo tú misma, partirle un vidrio, lanzarle una piedra o cualquiera de estas cosas tipo Ali McBeal) lo amenazas con algún organismo institucional, algún familiar  o persona que pueda ir a enfrentarlo (generalmente un hombre) y es cuando finalmente RESUELVEN  la situación que tenían que haber resuelto desde un principio…

Pero el cuento no termina allí, porque después que finalmente queda subsanada la situación que requería inicialmente al técnico /y/u/o  viene algún  allegado como novio, peor es nada, amigo, primo, hermano, vecino etc., a decirte que: ¿cómo te vas a dejar JODER POR ESE técnico/y/u/o? que él (tu allegado) tiene uno que hubiese cobrado mucho menos, y el trabajo queda mejor, ¿cómo vas  a pagar tanto dinero por eso? ¡es una locura!

¡Entonces no sabes a quién mandar al carajo primero! Si al técnico o a el que “te pudo ahorrar todo ese dinero y el mal rato”.

Sobre el autor

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio