
«La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar, porque le falta porque no tiene marihuana pa’ fumar»
Recreación de la obra del dramaturgo ecuatoriano Cristian Cortez Galecio, ganadora del Concurso Nacional de Dramaturgia y Creación Contemporánea José Martínez Queirolo, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
En lo personal ya conocía la obra y a decir verdad quería mirarla, por suerte me encontré con la adaptación hecha por Jeizer Ruiz para el quinto festival de nuevos directores, llevado a cabo en el espacio plural del trasnocho cultural, participando como:
Intérpretes:
Ignacio Marchena
Leandro Campos
Ricardo Lira
Voces:
Bárbara Acevedo
Mario Becerra
Juan Montero
Escenografía:
Óscar Salomón
Producción general:
Williams Blanco
Laura Marquina
Vídeos:
Manuel Ross
Fotografía:
Ninoska Moncada
Diseño gráfico:
Pablo Sabala
Trata sobre tres venezolanos que se van a los Estados Unidos de Norteamérica específicamente Nueva York a probar suerte y a vislumbrar un mejor futuro, donde una puerta de refrigerador achica a estos emigrantes que huyen y se esconden de las políticas migratorias y del frío, Walter quién de alguna manera guía la historia poco ha construido en su nuevo hogar, un sótano infestado de cucarachas, donde recibe a su hermano menor John y a Billy amigo de este mismo.
Walter, ido por sus frustraciones y poca aceptación de sus seres queridos debido a su «condición” de trasvesti, ido por sus ganas de cumplir sueños, ¿Y quién no quiere lograr lo que realmente ama?; Debemos preguntarnos, ¿Quería huir de su propia segregación familiar? O ¿en realidad tenía un sueño que cumplir?, Pienso que un poco de ambos hay en esto; ha pasado el tiempo y el abandono, la dejación por no tener más opción que vivir en ese mar de cucarachas lo agobia y de a poco lo convierte en una, pero en realidad, ¿de qué padece? De que van sus decaimientos?, ¿Del alma o del cuerpo?, a veces el cuerpo nos vence la mente y en otros tiempos es al inverso, Pero no sé crean, ante esta lucha interna se muestra bastante resiliente , jovial, gracioso y risueño porque se alimenta de sus recuerdos de un pasado de gloria en los pequeños escenarios tras la sombra de la gran María Félix.
Un John resabiado, famélico de resentimiento , problemático, con la misma frustración y complejo de abandono familiar ,pues es hermano menor de Walter , sus traumas son distintos pero en el fondo es esa sensación de segregación y execración que los caracteriza los vuelve uno y los separa al mismo tiempo; su desagrado llega al punto de hasta negar a su propio hermano, donde piensa en traicionarle, las palabras «denuncia, agotando todos sus recursos, en algún momento las pasiones y verdaderos anhelos chocan y causan casi una conmoción al verse subsistiendo como unas cucarachas, es difícil aceptar la realidad cuando se ve desde la derrota, realidad que ocultamos muchas veces y no aceptamos.
Billy, el mediador, sí un mediador, y es que debe haber un punto de equilibrio entre un señor enfermo sin cura, frustrado y un peleón por excelencia, amigo de John desde la infancia, con ganas de surgir en este nuevo país, de cumplir metas y sueños con ímpetu de momentos frágiles, algo inseguro y con miras de fuerza en ocasiones, pues debe tenerla para darle lo mejor a su hija y familia, duros golpes de realidad se muestran, dónde ni su bebé le reconoce la voz al teléfono, y su esposa lo ama con el cuerpo y no con el corazón.
¿Qué nos ocurre cuando salimos de nuestra zona de confort?
¿Qué nos pasa cuando pasa algo que nos aturde los pensamientos?
¿Cambiamos o nos cambian?
Somos un compendio de cosas complejas y no tan complejas, estamos en constante cambio , y no somos los mismos de hace unos instante
¡La metamorfosis ha sido completada!
Puedo decir que me ha encantado la simbiosis que se generó público/ espectador, gracias a la zona que el espacio plural da, haciéndolo íntimo, Vi como personas reían, estremecían, incluso Vi lágrimas emanadas del público, donde se hizo claro que el mensaje se estaba haciendo llegar, la adaptación de esta obra fué totalmente acertada debido a la constante afluencia de personas que en estos momentos ven el emigrar como opción, cosa que denota que llevarla a cabo da toques de irreverencia.
Obra cargada de comedia con la tragedia que conlleva irse de su país natal por cualquiera que sea la razón catalizadora para ello, dónde debemos aprender que no es necesario estar lejos de lo que amamos, de nuestros seres queridos, incluso lejos de lo que solíamos ser, si tenemos conciencia, aceptamos, valoramos y nos damos cuenta de que ya tenemos lo que nos complementa como personas.
Autor: Yoanna C Otero Dumont.