El Centro Comercial como Templo secularizado

Me ha llamado poderosamente la atención una serie de actividades que se han realizado en centros comerciales y me ha parecido bien hacer un pequeño análisis sobre el centro comercial como templo secularizado.

 

 

El templo como lugar de encuentro

 El templo es el lugar del encuentro, del encuentro con Dios pero también del encuentro entre los hombres. El templo religa, es decir, une, ata o unifica. De allí que la religión deba ser integradora de la persona.
Es característico del fenómeno religioso encontrar espacios o lugares sagrados dedicados, ya sea a la adoración,  a la oración o a la  realización de un culto estructurado.
 El filósofo Mircea Eliade en su libro Lo Sagrado y Lo Profano dedica buena parte de sus letras a reflexionar sobre el espacio sagrado de las cuales tomaremos parte de nuestra reflexión.

El templo como centro

 

 El templo se presenta como centro del mundo dado que repite los esquemas del Dios  en la creación o en hechos acontecidos en otro tiempo (in illo tempore) como espacio sagrado repite modelos (paradigmas) o esquemas que se supone están en el cielo, en este sentido hace presente el cielo.
 El templo es centro porque en él se concentra y se condensa la sacralidad presente en el mundo y también es el lugar por excelencia donde el hombre consigue su centro en contacto con la divinidad.
Dentro del  lugar sagrado hay sitios en donde se concentra más intensamente la presencia de lo sagrado, ya sea un altar, una piedra, una imagen, un tótem y que figura como centro del templo mismo.
 Habíamos dicho anteriormente que el templo es el lugar en donde el hombre se encuentra con Dios pero también se encuentra con el hermano.

 En la antigüedad las basílicas eran el lugares que no tenían contenido religioso como ahora, tampoco tenían una función específica , puesto que podía ser empleada para la  administración de justicia, mercado, salón del trono, etc.

La basílica era donde las personas iban hablar, a conversar temas importantes, era el espacio para encontrarse con los amigos, es por ello que las más antiguas basílicas eran espacios abiertos.

El templo como paradigma

 También se presenta el templo como paradigma o en otras palabras imago mundi.  Hubo una época en dónde todas ciudades, para ser consideradas civilizadas debían tener un Obispo.
Las ciudades europeas y americanas se esforzaban  para que la corona y El Vaticano les designará un Obispo puesto que elevadas a categoría de obispado porque donde hay obispo hay catedral y la catedral era expresión de progreso.
 En la actualidad toda la ciudad medianamente modernizada debe tener su centro comercial.

 El centro comercial como paradigma

Se convierte el centro comercial como una especie de templo dónde habita el orden y la limpieza, la pulcritud, la iluminación y la belleza, la armonía de los elementos y la contemplación;  en este sentido el centro comercial quiere ser un paradigma de sociedad perfecta en donde no hay basura ni delincuencia.
Pero no es la sociedad perfecta, es la sociedad del consumo impuesta por el proceso globalizador de las grandes compañías en donde vales en cuanto que eres capaz de pagar.
Me llama la atención cómo dentro del centro comercial en Venezuela la gente la gente parece estar más relajada, más tranquila hasta el punto de exhibir sus teléfonos celulares, sus computadoras y tablets en una sociedad como la venezolana donde las personas no lo harían en una plaza pública.
Además el centro comercial y la tiendas Se presenta como el lugar donde ocurren hechos y acontecimientos extraordinarios, el hombre sale de la cotidianidad y entra en un lugar especial, pseudo-sagrado, donde algo irrumpe o donde algo acontece, veamos el siguiente video y prestemos atención en las expresiones del presentador.
Vemos que hasta arquitectónicamente hay semejanzas entre las basílicas y los centros comerciales, especialmente con el juego de luces y  la presencia de cúpulas que representan los cielos.

Apples Store como templo

Las tiendas Apple tomaron la concepción y la arquitectura de los templos religiosos. En el pensamiento de Steve Jobs sus tiendas debían ser un templo de la tecnología.
Así como en las catedrales góticas hay hermosos vitrales y cúpulas, en las tiendas Apple hay cristales y  luces que señalan a lo que irrumpe, la manifestación de la tecnología con la que las personas tienen contacto de primera mano.
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