Dentro de un universo lleno de posibilidades, existe quien jamas estará cómodo y satisfecho… y siempre intentará encontrar algo más, y hoy le llamaremos inconforme.
Somos hermanos y primos de esa sociedad hipócrita, sociedad que se encarga de pintarnos y catalogarnos en distintas áreas, para así ser títeres fáciles de manejar y criticar.
Este círculo o pequeña población se ha encargado durante años de hacer de cada individuo un miserable conforme, con las aparentes posibilidades con las que esta hipócrita sociedad te inunda; porque aparentemente estas posibilidades serán las únicas circunstancias con las que vivas porque tu situación te obliga, y desde el punto de vista lógico tal vez sea cierto, y hasta sea lo más seguro de vivir.
Pero si nos apegamos a los criterios lógicos no disfrutaríamos de los grandes avances a los que hoy día estamos expuestos como sociedad, la conformidad no es más que uno de los primeros aspectos que definen a las personas mediocres, ¿Por qué aceptar lo mínimo cuando puedes trabajar y lograr el máximo?
Ser un eterno inconforme es parte de la evolución de las grandes mentes, esas mentes que vencen las adversidades y hacen de cada situación una oportunidad para mejorar, ¿por que aceptar algo que sólo nos detendría o estancaría, cual animal enjaulado? ¿Por qué no buscar algo que nos impulse a reinventarnos cada día?
Seamos inconformes, y no por un día, seámoslo por la eternidad entera, vamos a convertir cada éxito y triunfo en otro escalón y continuemos subiendo la escalera de oportunidades que deseemos conseguir… Que no nos basté con creer que hasta allí podemos llegar, porque no es más que un reflejo que la sociedad nos ha hecho creer.
Es momento de explotar nuestro potencial.
Seamos cada día más.