La tecnología ha invadido todos los espacios de nuestras vidas y la educación no escapa de ello.
Hemos visto hasta ahora el intento de incluir las tecnologías de la información y la comunicación dentro de un modelo educativo que se niega al cambio, un modelo que está basado en los conocimientos que tiene el maestro y que puede transmitir a sus estudiantes, que busca integrar la web, las redes y la globalización sin aplicar cambios reales.
Una educaciòn que cambia sin cambios
La educación se torna cada vez más monótona y los estudiantes más ávidos de una información actualizada y que puedan compartir con diversas personas a lo largo del mundo, han descubierto que ellos pueden llegar a más y mejores conclusiones si investigan, comparten y analizan la información disponible en blogs, redes, videos y grupos de interés.
En comparación con las conclusiones a las que pueden llegar si se quedan con la información que sus maestros les dan.
Los maestros viven temerosos de la tecnología y del impacto negativo que esta puede traer a sus carreras, olvidando que puede ser su mayor aliado.
Nos encontramos con un sistema que no responde a las necesidades actuales, que excluye a aquellos que aprenden de maneras distintas a las establecidas en los programas, alumnos que no se conforman con la información obtenida en los institutos y docentes que siguen haciendo año tras año lo mismo; una educación arcaica y que no avanza según las necesidades de una sociedad globalizada.
Se necesita un nuevo paradigma
Es urgente que se haga una evaluación de los sistemas y programas educativos, establecer un paradigma centrado en el estudiante, que se considere la tecnología como una herramienta fundamental para crear y compartir conocimientos y se forme a los docentes en TICS. De esta manera empezar a formar ciudadanos globalizados y que respondan a la necesidades actuales, que sean capaces de cambiar su entorno y generar conocimiento.