Maestros, ¿Algo que celebrar?

El día del maestro pasó sin pena ni gloria, en un país donde la educación se empieza a ser un privilegio para algunos, que apenas alcanzan a mantener una comida al día. Se fue entre descalificaciones, olvidos y la pregunta de ¿realmente cuantos maestros están trabajando por el futuro de la nación?

La situación actual 

Para responder esto, debemos hacer un análisis de la situación actual que atraviesan los profesionales de la educación. Para nadie es un misterio, que es una de las profesiones peor pagadas del país. La vergüenza de cualquier padre y los maestros no la recomiendan a sus alumnos. Estan inmersos en una sociedad que tiene como presidente a un chofer de metro bus y es mejor ser bachaquero que ir a la universidad.

Se desarrolla en un sistema, que anula la individualidad y valora la represión y la búsqueda del totalitarismo. El ministerio, reprime a los directivos. Los directivos a los maestros. Los maestros agreden a los alumnos, atacando su desarrollo evolutivo y sus capacidades individuales.

Es la carrera considerada más sencilla y muchos de sus alumnos no tienen una real vocación de servicio. En donde, el concurso que realiza el Ministerio de Educación, para dar cargos fijos a docentes en instituciones públicas, privilegia a estudiantes egresados de universidades adeptas al partido de gobierno.

El reto de los maestros 

Los maestros son capaces de cambiar su entorno y la sociedad completa. Tienen la capacidad de dar las palabras adecuadas a sus alumnos, incentivar que establezcan un proyecto de vida y lo alcancen. Pero, han decidido convertirse en parte del problema, cada vez son más quienes se escudan detrás de la LOPNNA para evitar poner límites y normas en sus estudiantes.

Se hacen la vista gorda con los problemas conductuales que presentan sus alumnos. No indagan el motivo de estas conductas, olvidan a la familia como protagonista del proceso. Prefirieron ser testigos silentes de una sociedad decadente. Les recuerdo que los errores de un médico se entierran pero los de un maestro pasan de generación en generación.

Es hora que se asuman el rol protagónico que decidieron asumir, al graduarse como licenciados en Educación o Maestros. Se quejan de como la sociedad los juzga, pero no están haciendo nada para cambiar esa creencia. Deben sentirse orgullosos de lo que son, creerse poderosos y utilizar sus superpoderes para cambiar esta sociedad que tanto lo necesita.

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