Mucho se ha hablado del contenido orgánico, los formatos en los cuales se debe aprovechar tiempo, los horarios de publicación, la problemática del algoritmo de Facebook al momento de mostrar tu contenido a las comunidades que tengas. En contraparte, se ha tocado también el tema de las publicidades o contenido pago, mediante el cual – luego de meterte la mano en el bolsillo – Facebook se encarga de que tu contenido le llegue a miles y miles de personas, dependiendo claro de la segmentación y el presupuesto que hayas planificado. Sin embargo, el día de hoy se habla de lo que viene perfilándose como una de las tendencias del mercadeo digital para el 2018: el microinfluencer.
Este resurgimiento o evolución de los influenciadores tal y como los conocemos ocurre por algunos motivos. Primero, ya los usuarios, consumidores o clientes no creen como antes en los medios tradicionales como la radio, la televisión, publicidad en prensa, en exteriores, entre otros; esto ocurre debido a que los mismos buscan marcas que les ofrezcan experiencias más no atributos de un producto, además del hecho que los materiales publicados en las plataformas mencionadas sean unilaterales y no le permitan al usuario expresar su opinión al respecto.
Por otro lado, ya no se dejan guiar mucho por la mismísima publicidad online que vemos en redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter, pues conocen de sobra que algo están por ofrecerles. En su lugar, muchos han instalado escudos anti-publicidad, otros tantos han modificado sus datos del perfil para que una determinada publicidad no los pueda alcanzar mediante la segmentación.
Este resurgimiento de los Influencers viene también como consecuencia de lo difícil que resulta para las marcas el poder posicionar sus anuncios dentro del contenido orgánico de las redes sociales, pues la avalancha de contenido ya es tal que su publicidad o publicación se pierde dentro de una “bola de nieve”.
¿Quién es un influencer?
Todas las variables anteriormente explicadas hacen que un influenciador se perfile como la opción de las empresas o marcas para el 2018. Ahora bien, ¿quién es un influencer? Esta persona es un usuario de las redes sociales como tú o como yo, pero que tiene dos cualidades que probablemente ninguno de nosotros las tenga al menos por ahora: cantidad y calidad. Me explico, un influenciador es una persona con algún perfil en alguna red social (preferiblemente Instagram) que posee muchos seguidores (miles), donde estos últimos interactúan mucho con sus publicaciones, debido a que se identifican con el contenido o publicación de las cuales el influenciador es embajador.
Más importa la calidad que la cantidad
Si te diste cuenta, comencé hablando de los microinfluencers, más no de los influenciadores como tal, esto se debe a que ya no basta con una de estas personas que tiene un perfil en Instagram con más de 500K en seguidores. Ahora lo que vale es la calidad.
Cuando me refiero a la calidad, estoy hablando de cuán apegados están los miembros de una comunidad o los fans de un perfil. Cuando hablo de calidad, me refiero al engagement y toda la interacción que venga con este término. En este sentido, valdrá más la pena un perfil con pocos seguidores, pero que tenga una alta tasa de “Me Gusta”, comentarios, compartidos, reacciones, entre otros.
Lo cierto es que como empresa o emprendedor, te gustará invertir tu dinero en un microinfluenciador que: primero, califique como un buen promotor de tus productos o servicios; segundo, que tenga cantidad en seguidores (unos miles, pero no tanto); tercero, que genere interacción con sus seguidores. De esta forma, sabrás que estos mismos se sentirán identificados con el contenido del micro-influencer y, si este está alineado con el perfil de tus productos o servicios, estos dos también se verán beneficiados de la misma forma.