Mucho se habla de la belleza y existencia mitológica de este hermoso animal.
pero… ¿qué tan real es la exuberancia que estos presumen? ¿Que tan real es el cuerno del unicornio?
Durante años se ha enaltecido el nombre de esta criatura, y lo han hecho protagonistas de miles de historias, sueños y hasta fetiches bastante únicos en la sociedad, pero, ¿qué tan sano es creer en un mito que inventaron las editoriales para darle un nuevo giro a sus cuentos infantiles?, ¿qué tan sano es vivir creyendo que existe un animal mitológico, rosado y escarchado con un cuerno gigante entre sus dos ojos?
¿Por qué hemos convertido en cultura popular a un animal que nadie en la actualidad ha visto?, ¿qué tan dañados estamos como sociedad para olvidarnos y alejarnos de nuestra realidad y pensar que es mejor creer en la existencia de una figura en un tomo de 1600 paginas donde solo relatan una supuesta existencia?
¿Cómo llegamos a señalar rasgos físicos en las personas y los catalogamos como diferentes?, cuando claramente estamos locos y creemos en rasgos físicos aún mas prominentes y aplaudimos el hecho de que un caballo tenga una especie de cuerno escarchado y milagroso.
He visto cómo una sociedad entera señala y mira asqueada un grano de acné en la frente de un adolescente, pero lee de forma soñadora imaginándose estar volando sobre el lomo de este rosado y escarchado amigo, tomado fuertemente del cuerno parado y orgulloso de este potente unicornio, bastante irónico ¿no es cierto?
Una idea bastante original llega a mi mente y se imagina untándole el grano a un adolescente con pomada antiacné, esto probablemente lo ayude a sanar y a obtener una piel más tersa y lozana, ahora lo divertido se acerca a mi mente y me veo allí parada de puntas esparciendo crema para el acné sobre el cuerno del unicornio, esto tal vez lo ayude a ser un poco más real y mundano.
Es aquí donde la conclusión se hace mas clara y me aventuro a decirles con una ceja alzada y mirada fija:
«No le mires el cuerno al unicornio, imagina que es un simple caballo con acné».