Hace algunos días, tuve la oportunidad de ir a ver un atardecer en la zona de la concha acústica de Lechería y así aprovechar la «flexibilización» que han decretado estos días en Venezuela.
La imagen previa a este artículo, es el hermoso atardecer que tiene lugar en esa playa, el cual deleita a muchas personas asiduas así como a algunos otros visitantes.
La vista en esa playa deja la escena servida para capturar el momento cuando el sol comienza a ocultarse y dar paso a la noche.
Aprovechemos los días en los que podemos hacer una caminata corta o acercarnos a algún parque cercano (recordando siempre tomar las medidas de protección y distancia necesaria).
Mientras contemplaba aquel paisaje natural, reflexioné sobre lo mucho que podemos hacer para nosotros mismos, mientras culmina este momento mundial que se vive de manera temporal.
En mí surgió un pensamiento que me decía que todo esto pasará muy pronto y solo debería enfocarme, entusiasmarme, alegrarme por los buenos tiempos y oportunidades que vendrán, si los continúo construyendo desde el presente.
Una decisión lo cambia todo. Ya esto lo expresé en las publicaciones anteriores y es una realidad que no debemos olvidar.
- Aquella idea que usted siempre ha tenido en mente y aún no decide ponerse a trabajar por ella.
- Aquel libro que se dijo leería durante este tiempo, pero no lo ha tomado aún.
- Aquella sabrosa receta que está postergando elaborar y sus familiares allí esperando probarla.
Todo pasa por una simple decisión. Reflexione un poco sobre qué otras decisiones ha estado postergando y comience pronto en su ejecución.
Piense en todas y cada una de las oportunidades que le aguardan, en los momentos placenteros que usted merece disfrutar y en la vida que siempre ha soñado tener.
El ser humano puede estar en mejores condiciones de vida, pero nos limitamos, nos saboteamos continuamente y desaprovechamos nuestro tiempo.
Muchas veces vivimos incluso, la vida que otros quieren o simplemente llevando cargas que no nos corresponden, hasta atendiendo asuntos que no dejan un bienestar personal.
Debemos romper con esa mentalidad que nos gobierna.
Hoy es un nuevo día para empezar los cambios que usted requiere para avanzar hacia los siguientes niveles.
Hay una abundancia de cosas para todos, pero pocos son los trabajadores laborando para obtenerlas.
Usted necesita comenzar a moldear la vida que desea y merece.
¿Ha pensado alguna vez en cómo es la vida que quiere? Seguro que sí lo ha pensado y este tiempo es especial para que tome lápiz, papel y se convierta en un diseñador de su vida, con sus propios parámetros y reglas, apuntando a un estilo de máximo bienestar.
En la medida que usted conduzca hacia el éxito y se prepare para el triunfo, se volverá más atractivo para que aparezcan nuevas y mejores amistades, un círculo de influencia más positivo, personas más optimistas, ganadoras y con deseos de superación.
Usted se contagiará de tener ese tipo de amistades que lo impulsarán hacia nuevos senderos de mayor progreso y satisfacción.
Usted necesita rodearse de personas triunfadoras, ganadoras y con amplias expectativas de crecimiento personal. Ellos lo apoyarán, lo motivarán, se sentirá impregnado de su positivismo.
Es importante una asociación con ese tipo de personas que lo acercarán hasta donde usted seguro desea llegar.
Cuando decidimos lo que queremos para nuestra vida, no habrá motivos que nos detengan, porque nuestro poder de consecución, motivación y entusiasmo será tan ardiente que conseguiremos todo lo que nos propongamos.
Usted debe decidir dónde quiere estar en los próximos 5 o 10 años. Hay que afianzar desde ahorita ese período y no permitir que llegue ese tiempo sin hacer absolutamente nada.
Siga insistiendo hasta que logre sus propósitos, no se desanime, si tropieza, respire y levántese, imagine que se barrió en home y anotó una carrera más.
Siga avanzando, por nada del mundo deje de perseverar en sus asuntos y recuerde que el universo premia a los que más se esfuerzan y tienen sed de éxito.
Nos vemos en un próximo encuentro.
Bendiciones para todos.
Con grandísimo gusto, su servidor.
César Russián