Ayer…muchas cosas pasaron ayer, 24 de mayo de 2017, los venezolanos sabemos de sobra lo que pasa cada día por nuestras calles, el odio trata de consumirlas, de quemarlas…de impregnar en nuestros corazones, afortunadamente, el amor, el amor es y será más grande.
Ayer fuimos testigos de cómo le rompieron el instrumento a un músico venezolano, el soldado del violín le dicen algunos, va por las calles de Caracas haciendo eso: tocando su violín.
No anda lanzando piedras ni disparándole a la gente, no, su mayor arma es eso: su violín.
Uno que ayer fue destruido por el odio, por el coraje…pero lo que recibió a cambio Willy, fue amor.

El amor de toda Venezuela, una Venezuela que se ofreció por las redes sociales a ayudarlo, a colaborar para comprarle uno nuevo, para que pudiera seguir protestando…para que pudiera seguir tocando.
Esa Venezuela, ese amor y necesidad de ayudar al prójimo, eso es lo que siempre hemos tenido y que nunca debemos perder.
Pero, si lo vemos desde otra perspectiva, podemos tomar a ese violín roto como el símbolo de todos nuestros fracasos.
Porque siempre llegará alguien que te diga que no, siempre habrá quien te cierre una puerta, que te hiera de una forma que te deje roto.

Como dijo Willy: “Espero que mañana pueda seguir tocando”.
Así que, cuando nos dejen rotos, cuando sintamos que no podamos más, cuando nuestras cuerdas tiemblen y nuestra madera se rompa, debemos seguir adelante, bendecir a todo aquél que nos hizo daño y seguir luchando.
Gracias Willy, gracias soldado del violín, no sólo por hacernos sentir a todos orgullosos por tu increíble valentía, sino por enseñarme una lección:
“Si te caes, si te rompes, nunca olvides recomponerte, nunca olvides levantarte”
Sigue a Wuilly: @willysmusic