¿Sabías que hay 3 verdad sobre el sexo que tal vez aún no conoces? Seguro que alguna vez has pensado que eres todo «un tigre con corbata» en la cama porque tus truquitos generan en ella o él alaridos de padre y señor nuestro.
Sin embargo…¡Cuidado!, porque lo más probable es que te estés dejando llevar por la regla social de que en «la cama que dar talla», y te estés perdiendo de los verdaderos beneficios del sexo.
¿Te interesa saber más? Sigue leyendo, pues te diré las 3 verdades sobre sexo que nadie cuenta porque cambiarían la manera de verlo y hacerlo.
Pero antes, vamos a lo básico… ¿Cuál es el verdadero concepto del sexo?
Sí, sé que la pregunta suena muy fundamentalista (jajajaja). De todos modos, observa las definiciones de la RAE:
- m. Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas.
- m. Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo. Sexo masculino, femenino.
- m. Órganos sexuales.
- m. Actividad sexual. Está obsesionado con el sexo.
Por su parte, así lo define un Centro de Experiencia para la Salud Sexual alemán.
«El sexo se refiere a todos los actos que pueden excitarle sexualmente. El sexo es más que las relaciones sexuales. También incluye besar, acariciar y el sexo oral, entre otras cosas. También puede tener sexo con usted mismo (se llama masturbación)».
Coloqué a propósito esta definición tan peculiar porque lo cierto es que el verdadero concepto del sexo es el que tú tengas, según lo creas o te enseñaron. Así que si crees que tu concepto es el mejor, tranquilo porque a partir de esta lectura seguro cambiará.
Estas son las 3 verdades sobre el sexo que te dejarán con ganas de reinventarte en la cama
Presta mucha atención a estas verdades, pues no son propiamente mías, las tomé de ejercicios descritos en libros sobre energía sexual que me han ayudado a sacarle provecho a mi sexualidad.
1. Para tener una actividad sexual satisfactoria No es obligatorio eyacular, pero sí asegurar el orgasmo
Hay sexólogos que se refieren a la eyaculación como «regla» para sentirse realmente satisfecho en el acto sexual. Algunos, dicen que la eyaculación es tan importante como las caricias y besos, tanto así que advierten que no eyacular es dañino para la salud.
Me pregunto… ¿Qué dirán los expertos del Tantra de esto?
Otros hablan de que aunque no todos los encuentros sexuales serán espectaculares, el objetivo del sexo siempre debe ser: excitar y dar el máximo placer al otro manteniendo vivo el deseo.
Pero, desde el punto de vista de energético, estudiosos del Tao sexual señalan que a más eyaculación menos energía, deseo e interés en disfrutar el sexo.
¿Por qué? Cuando el hombre «se viene» segrega un conjunto de hormonas para recuperarse, entre ellas, la prolactina, encargada de producir el semen, hacer posible la lactancia materna y del deseo de sexual.

«Antes de la eyaculación la mujer es el objeto más deseado, pero después de eso queda relegada a un segundo plano», explica la investigadora Susana Lima, autora de La Neurobiología del Sexo.
Y dado que el objetivo de la eyaculación es la reproducción, aparte de la prolactina se activan mecanismos de reposición de energía en el hombre hasta que el nivel del deseo sexual vuelva a subir.
Según los taoístas del Amor y del Sexo, al eyacular de manera inconsciente el hombre pierde energía vital sagrada, vigorosidad y se expone a enfermedades crónicas.
El Dr. Jorge Pérez-Clavo, uno de los autores de Alimentos que curan, también hace una interesante observación respecto a la energía sexual y la eyaculación del hombre.
«La sexualidad es importante pero el hombre tiene que tener en cuenta que cuando emite, pierde. Eyacular no es banal, tiene un peso biológico y el hombre tiene que saber que la emisión no es la parte principal de la relación sexual. Debe darle más importancia a los prolegómenos».
Hay registros antiguos que dan cuenta de la extraordinaria sexualidad de los emperadores de las primeras dinastías chinas. Cuentan que tenían consejeras sexuales y guías de la energía sexual que los ayudaban a aspirar su semen en vez de emitirlo, para conservar su vigor, tonificar su sangre y verse cada vez más jóvenes.
De ahí que, los ejercicios taoístas del sexo dirijan al hombre a aprender a no «botar su energía», aunque no es una práctica fácil. Se necesita un guía profesional, disposición y una mente bastante abierta.
Ahora, esto no quiere decir que dejes de eyacular, sino que lo hagas de forma consciente, liberando tu mente de sentir la descarga de semen y ocupándote de asegurar primero el orgasmo en tu compañera o compañero.
El disfrute máximo de los acontecimientos previos al coito es la mejor muestra de un acto sexual satisfactorio.
Y ¿qué pasa en la mujer? De acuerdo a la neurobiología, cuando eyacula se produce el mismo efecto de «bajón» que en el hombre a causa de la segregación de prolactina, pero a diferencia de ellos, las mujeres podemos «recuperar ese gasto energético mucho más rápido».
Claro, dependerá de si la mujer es consciente de si eyacula o no. Aún en este siglo, hay mujeres que confunden la eyaculación con la lubricación natural generada por la estimulación de los labios inferiores de la vulva durante el acto sexual.
En el Tao del Amor y del Sexo, el orgasmo femenino es lo más importante antes, durante y después del sexo. Ya que la mujer representa al Yin, lo místico, oculto o misterioso, pasiva, expansiva y de contención como la Tierra.
Mientras el Yang es el hombre que da luz, activa y emite y cobija como el cielo. Entonces, aunque la mujer es responsable de su placer, el hombre será ese comodín que se lo facilite.
Cuando una mujer recibe una estimulación calurosa, suave, gustosa y pausada llevará al éxtasis al hombre y él no esperará eyacular para sentirse satisfecho con el acto sexual, pues los fluidos saldrán sin presión y la conexión trascenderá al coito.
2. Las mujeres NO solo tienen orgasmos clítorianos
De acuerdo a los psicólogos fundamentalistas y de ciencia pura, no existe otro orgasmo en la mujer sino el proveniente del clítoris.
Según mi experiencia, esa teoría es falsa. He experimentado orgasmos increíbles sin recurrir al clítoris ni a la penetración, mediante besos y caricias en una de mis zonas erógenas.
Lo que sí es cierto es que el orgasmo clítoriano lleva a una placentera eyaculación femenina y resulta terapéutico en las mujeres.
Por eso, las mujeres deben autoexplorarse para conocer qué es lo que realmente desean en el sexo y cómo les gusta sentir durante la actividad sexual porque que no se trata de complacer al otro, sino de entregarse y disfrutar sin condiciones.
Conozco mujeres que si no tienen o no hacen sexo oral no llegan al orgasmo, tal vez esto no esté mal desde punto de vista neurobiológico, pero deja mucho que desear desde el área energética porque este tipo de mujeres está dejando su placer a merced de algo externo.
Por otro lado, existen técnicas ancestrales como el Tantra donde la experiencia sexual se basa en el Sentir, y no precisamente un pene o una vagina dentro para llegar a alcanzar el éxtasis.

Aquí impera la conexión visual y respiratoria por encima de todo, para poder conocer y sentir cada punto de excitación de la pareja, y luego ir al encuentro sexual sin más condición que la de gozar la esencia del otro.
3. Los hombres Sí piensan durante y después del sexo
Durante años las mujeres han pensado que los hombres, a diferencia de ellas, se dejan llevar por el instinto animal y no piensan en nada más que «penetrar, moverse y eyacular» cuando tienen sexo.
Sin embargo, diversos estudios han demostrado que sí piensan, y en cosas mucho más alocadas y fuera de lugar que las mujeres. Como por ejemplo, la lista del supermercado o los repuestos que el carro necesita.
Una encuestadora española, consulto a 15 hombres para ver qué pensaban durante el sexo y esto fue lo que respondieron 3 de ellos, según cita la web culturacolectiva.com:
«Siempre durante el sexo recuerdo todo lo que se me olvida durante el día. Canciones, tareas, nombres de gente…¡Todo!», es lo que piensa Roberto de 22 años.
«¡Mañana tengo examen! Es tarde. Comeré plátano al llegar a casa, será que me gustará. ¿Hoy qué comí?», esto piensa Daniel de 25 años.
«Intento pensar en mis tareas de la escuela o en la empresa. Pienso en cuál ejercicio haré en el gimnasio. Me preocupa venirme rápido y busco distracciones», piensa un hombre de 40 años en adelante, se acota en la nota.
Me interesaron tanto estas respuestas que consulté a dos amigos si pensaban durante el sexo y esto fue lo que me dijeron:
«Sí, he pensado en mi mamá… cuando me sirve la comida», amigo de 27 años. «Pienso si le gusta lo que estoy haciendo y en cómo lo repetiré», amigo de 23 años.
Como ven, los hombres sí piensan durante el sexo y cuando están conscientes de la energía vital que trabajan durante el acto piensan en el momento justo de parar o seguir para hacer del sexo una experiencia galáctica.
Y para finalizar, te digo que hay mucho más que estas 3 verdades sobre el sexo y la energía que te dejarían boquiabierto si las integras a tu forma de expresar tu sexualidad, pero te las contaré en otro artículo.
Ah! No te vayas sin comentar, ¿cuál de estas 3 verdades sobre el sexo ya conocías?