Estuve buscando durante toda la semana un tema adecuado para exponer en mi espacio de los jueves, fueron dos arduas semanas buscando un poco de inspiración.
Resulta que llegó sola, los chicos de la Sub-20 me la dieron.
Si me gusta tanto el fútbol ¿Por qué no hablar de ellos?
¿Por qué no hablar de mi maravillosa vinotinto sub-20?
Los chicos de la sub-20 empezaron como todo proyecto de fútbol en Venezuela: algo en lo que no muchos creen, al menos en términos de afición.
No hay que mentirnos, no la hemos pasado bien en torneos internacionales, siempre ahí, pero siempre fuera.
Y estos chicos llegan, no por suerte, no, por un gran compromiso y trabajo duro, con un equipo extremadamente complicado, potencias como Alemania y México se enfrentaban en su camino.
Los vinotintos empezaron a ganar, empezaron a sorprender…
Porque la cosa no es si los demás no creen en ti, lo importante es que tú seas consciente de hace dónde quieres llegar.
El valor está en lo que tu estés dispuesto a hacer para cumplir tus sueños.
A cada etapa, a cada partido, cada minuto, los nervios de cada venezolano se hacían presentes.
Porque nos han enseñado a dar las cosas por sentado, tenemos miedo de ilusionarnos porque ya hemos perdido tanto que no queremos sufrir más decepciones.
Ellos no nos decepcionaron, nos demostraron que cuando se quiere se puede, ellos gritaron su orgullo vinotinto.
Esos chicos me hacen feliz, me hacen feliz porque me dan esperanza.
Son de distintos estados del país, algunos tienen 18 como yo, vienen de los estratos más bajos y están allí, luchando, dando la cara por su país.
Me dan esperanza porque es una demostración de que trabajando duro se pueden lograr las metas, le dan ejemplo a todos esos chiquitines que patean la pelota día tras día esperando una oportunidad.
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Todo el equipo de la Vinotinto sub-20 representa al venezolano, ese que se levanta día a día, que trabaja y sale adelante con lo poco que tiene, que pone su corazón en lo que ama, que da las gracias, que cree en nuestro país.
Quizás para muchos sea superfluo, quizás piensen que perderán o que, con tantos problemas que tenemos, un partido de fútbol no es importante, pero lo es, lo es y mucho.
Porque nos merecemos, nos merecemos cada victoria, porque somos un pueblo que quiere sonreír a pesar de tantas injusticias.
Porque debemos felicitarlos, debemos apoyarnos, porque este país se construye con todos, con el deporte, con las artes, con la educación…con amor.
Eso, ese amor, esa pasión, esa entrega, es algo que no podemos perder nunca, no podemos dejar que NADIE nos lo quite.
Así que sólo puedo decir gracias chicos, gracias porque por primera vez en muchos meses, Venezuela está en la boca de todos…y por excelentes razones.
¡Genial! Una buena noticia entre tantas amargas…